Un libro es como una persona.
Tienes que aceptarlos con todos sus defectos, por que a veces eso es justo lo que los hace más valiosos.
Con el tiempo puede ensuciarse, puede romperse y aún así tienes el mismo cariño que cuando lo leíste.
Puede tener mil y un años, puedes leer millones de libros más... y aún así siempre habrá una que sea especial y perfecto como ningún otro.
Habrá uno que podrás leer, día tras día, año tras año, podrías recitarlo de tapa a tapa y te seguirá atrapando, maravillando...
Puede hacerte sentir dolor, felicidad, odio... y aunque muchos sentimientos no sean precisamente agradables querrás seguir hasta el final, hasta la última letra.
También habrá algunos que abandonarás a la mitad, que no te atraparán... pero puede que algún día los quieras volver a leer, ver qué otras cosas podían ofrecerte.
No hay dos libros iguales, cada uno tienen sus propios mundos. Habrá unos muy fantásticos, otros muy realistas, todos tendrán puntos de vista diferentes, y te dejarán conocer todos y tú tendrás que sacar tu propia opinión.
Muchas veces lo importante está en el prólogo, que muchos se saltan. Tal vez es un principio y no lo sabes, y te pierdes el resto o no lo entiendes bien.
Y bueno, el cliché, no puedes juzgarlos antes de conocerlos, por una mirada, o por una primera impresión"
Y lo más importante. Todos tienen un principio y un final.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar